lunes, 16 de mayo de 2011

Carta a F.S

A veces también me quedo esperando una luz roja
Ése algo que cambie la rutina y la lleve hacia un clímax
Me gusta considerarme a mí misma una persona alegre
Esto es, que si me miras, eventualmente sonreirás también porque demuestro alegría

Pero esas ideas son tan frágiles

Mi sonrisa es muy muy frágil
Tan frágil como fugaz es mi risa

Creo, profundamente, que en pequeños actos se pueden revelar grandes cosas
Entonces, no me siento bien
Siento que sonrío en vano
Siento que muchas cosas que he hecho han sido una completa pérdida de tiempo

Y me pongo a esperar un auto
Con luz verde
Cruzando
Con luz roja

Para ver si es que acaso, en ese momento, están dispuestos a hacer un gesto pequeño pero que me logre demostrar cosas más profundas

Sólo que no sé cuanto más esperar
Quiero decir
Llevo años así

No pasa ni lo uno ni lo otro

Tú tuviste más suerte
Al final lo que querías ocurrió
El que la sigue la consigue
Excepto en mi caso
Porque quiero creer con todas mis fuerzas
Pero no hacen otra cosa que mermar esas ganas

Es un círculo vicioso

Y no hay cosa que odie más, repito, NADA, que deteste más que que el resto crea que me tiene y que actúe con esa seguridad. Como si yo no me fuese a herir. O como si incluso herida, pudiese perdonarlos tan fácil, tan sencillo como sonrío.

Lo cierto es que no existe tal cosa como el perdón en mi vocabulario
No lo doy
No lo busco

Lo que le hiciste a C.M...yo se lo haría a cualquiera. Que digo. Si fuese un poco menos señorita estaría en la cárcel hace rato. O como mínimo en un juicio.

De todas formas...qué pasa luego?

Buscas más o te resignas
Esperas el momento indicado, al llegar a la esquina
Y miras
Y sigues esperando
Y yo estoy igual
Y pienso en ti

Feliz

Es el nombre más ridículo y triste del mundo.

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