martes, 28 de agosto de 2012

Corazón de conejo

Es un don que viene con un precio
Quien es el cordero y quien el cuchillo
Cuando Midas es rey y me abraza tan fuerte
Y me vuelve de oro a la luz del sol

Sí, es un don que viene con un precio. Debo volverme una mujer con un corazón de león, lista para pelear antes de hacer un último sacrificio, verdad? pero en este momento sólo quisiera volver a ser la niña que fui, con ese pequeño corazón de conejo asustadizo. Latiendo tan rápido todo el tiempo, emocionada por todo, sin preocupaciones.

Pero ya no soy una niña

Era esto?


Sangre y fuego y sal

Sangre y fuego y sal
Metal fundido recorriendo mis venas
Es una herida que quise tener y que no puedo permitir sanar
No quiero que dejes de dolerme
Quiero que te claves como una espina y llenes mis noches de pesadillas
Prefiero todo eso, lo he preferido siempre, a dejar que te vayas desvaneciendo de a poco

Por qué? porque mi corazón no es de plata ni oro. No es de diamante. No es de algo frío e inerte como un metal, tú mismo lo dijiste. Es de fuego. Tanta vida y tanta destrucción.

Quisiera tener más fuerza para que te llenases de ella

domingo, 5 de agosto de 2012

Llama de Pentecostés

Creer. Creer es tan difícil a veces. Requiere de una confianza ciega que soy incapaz de tener con nada.

No creo en ninguna divinidad. No creo en nada superior. No creo en los políticos. A veces creo en las letras de las canciones. No considero siquiera a los extraterrestres. No sé si hay una vida después de la muerte, prefiero no pensarlo. Pienso en la reencarnación dependiendo del día. No sé si creer en los demás. No sé si creo en mí misma.

Y de tiempo en tiempo la muerte me canta una canción de cuna
Y esas noches duermo con su voz susurrante en los oídos
Borrarlo todo
Para luego volverme cenizas y unirme al flujo de las corrientes

Pero amo a alguien y quiero creer en él y quiero creer en lo que tenemos

Esa es mi llama de Pentecostés