Es como medio absurdo estar tan cerca tuyo, pasar a tu lado sin siquiera mirarte, apenas pudiendo rozarte, a pesar de la masa que se agolpa alrededor.
Ya no somos nada para el otro.
Me gusta esto de poder mirarte y que no puedas verme aunque esté a tu lado. Estás tan ciego, dulzura, tan ciego para todo lo que no sean tus nebulosas ideas de libertad.
No lo sé, en mi modesta opinión, de todo lo que te has librado ha sido del sentido común, que no te sobraba entonces.
Y yo estoy ahí como la silenciosa espectadora de tu caída. Como que me alegra. Como que me da pena. Eras tan bonito. Es una lástima que te pierdas. Pero sigues siendo tan imbécil. Cosechas lo que siembras, sólo recibes lo que mereces.
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