miércoles, 9 de noviembre de 2011

Algo II

Sé que nadie controla lo que sueña pero no puedo evitar preguntarme porqué es que mis manos tienen que quedar rojas de sangre.

No podría, por ejemplo, envenenar a alguien? Ahogarlo? Quemarlo? Son tantas las cosas que se pueden hacer

Entonces por qué? Por qué es que con todos los que he matado he ejercido tan poco refinada violencia?

A ella por ejemplo, la ahorqué es cierto, y qué hice después? La apuñalé mil y un veces con un desatornillador

A él le reventé el cráneo contra la punta de una mesa. Todavía puedo recordar el asco que me causó el sonido del hueso quebrándose, como un cascarón.

A eso lo agarré por la cola y lo azoté contra las espinas hasta la muerte.

Y mis manos, usualmente muy blancas, manchadas con su sangre.

Sangre roja y caliente en mis manos blancas y frías.

En esos momento sé que deben morir. Lo sé. Matarlos me da asco pero no existe otra opción.

Sólo quisiera que fuese de otra forma.

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