sábado, 10 de noviembre de 2012

Apareció esto cuando abrí mi cuaderno

Nadie ni nada me puede romper, soy yo la que me rompo. Soy la O de vida, O de amores tormentosos y O de para siempre. Pero soy también la O de muerte, la O de los amores ilusionados y la O del Nunca. Creo que estoy más allá de todo, ahora. Alguna vez lo besé? Alguna vez nos amamos? Alguna vez tuve amigos? Esas son cosas del pasado. Nada de eso existe ya en mi memoria. Es parte de una yo que no vive más y que respiró por última vez el 4 de Agosto y de ahí se fue yendo en picada. 
Primera regla: ni el amor ni la amistad existen de verdad, son simples cosas circunstanciales. Hoy te amo, mañana no. Hoy eres mi amigo pero mañana sólo serás un traidor. Lo único que es real es la lujuria, la conveniencia. Porque un hombre siempre se calienta y porque uno siempre busca el propio beneficio. Estoy más allá de todo, ahora. Tengo la cabeza tan despejada que parece mentira. Es la claridad del dolor físico. Y sólo tengo un pensamiento, una única meta, un único fin para el aire en mis pulmones. Hoy me voy a romper. Hoy me voy a regalar lo que más miedo me da: el vacío. Por este día seré el vacío y sólo el momento fugaz del presente importa. Si hay o no un mañana, no importa. Ilusiones. Vivimos en un constante fluctuar de mentiras que creemos porque sabemos que la realidad es desagradable. Porque sabemos que la realidad duele. Entonces nos dejamos llevar por la bonita idea de " Él me ama", "Ellos me quieren", "A ellos les preocupo", " No estoy sola". Mentiras, mentiras todas ellas. Lo único que es cierto es que estás sola. Escuchas? Estás sola. 

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